Hostales y pensiones en Jvari

Kokhta guest house On the mountain dispone de piscina de temporada al aire libre, jardín, salón de uso común y terraza en Jvari. Hay barbacoa, wifi gratis y parking privado gratis.

G

Gorka

De

España

Una casa ideal para parar entre Mestia y Kutaisi para tomarse el día de relax. La familia de la casa es encantadora y muy amable. Todo fue perfecto. Muchas gracias!

Ezo está en Jvari y ofrece jardín. Hay terraza, wifi gratis y parking privado gratis. En el hostal o pensión, las habitaciones tienen un balcón con vistas al jardín.

Matua guest house tiene jardín, terraza, restaurante y bar en Jvari. Este alojamiento ofrece cocina compartida y guardaequipaje, además de wifi gratis en todo el alojamiento.

P

Paloma

De

España

Una guest house muy bonita, con una familia amabilísima. Llegamos tardísimo y aun así nos esperaron con cena. El desayuno buenísimo. Una buena parada de camino a Mestia. Hay una excursión a una cascada chulisima muy cerca.

Savanna House Jvari está en Jvari y tiene jardín, salón de uso común, terraza y wifi gratis. Este alojamiento, que tiene cajero automático, también ofrece zona de juegos infantil.

Guesthouse Dadia está en Chʼkhorotsqu y tiene jardín, salón de uso común, terraza y wifi gratis en todo el alojamiento.

Mukhuri Center Guesthouse se encuentra en Koko y cuenta con jardín. Hay terraza, wifi gratis y parking privado gratis. En el hostal o pensión, cada habitación tiene balcón.

Thea's Ethnographic Guest House ofrece habitaciones con aire acondicionado en Nap'ich'khovo. Hay barbacoa, wifi gratis y parking privado gratis.

Guest House Knarik se encuentra en Jvari y ofrece jardín y wifi gratis. El hostal o pensión dispone de habitaciones familiares. Todas las unidades de este alojamiento incluyen zona de estar.

m

miguel angel

De

España

Aquí vivimos la auténtica hospitalidad georgiana. Me equivoqué al hacer la reserva y no nos esperaban. Llegamos muy tarde y no teníamos efectivo. Nos dijo que nos preparaba una habitación y que no nos preocupáramos por el dinero. Además, nos preparó algo para cenar sin pedirlo (obviamente, por respeto, fuimos a un cajero a sacar dinero para pagar al día siguiente, aunque ella no quería). No puedo describir con palabras la sensación de compartir esos momentos con ellos. Fué mágico, como si volvieramos a estar con nuestros abuelos. Volveríamos aquí 1000 veces sin pensárnoslo dos veces.